martes, 10 de diciembre de 2013

VIOLENCIA SEXUAL

¡HAY QUE DECIR NO!

Nuestra última entrada la dedicamos al tifón de Filipinas y en los medios de comunicación nos han hablado sobre la violencia sexual contra niños y mujeres que ésta desgracia ha provocado. Hoy queremos dedicar nuestra entrada a hablar sobre ella. 

La violencia sexual es una realidad en algunos países y grupos sociales. Puede presentarse en muchas formas: abuso sexual, acoso, violación o explotación sexual en la prostitución o la pornografía. Puede ocurrir en los hogares, instituciones, escuelas, lugares de trabajo, en las instalaciones dedicadas al viaje y al turismo, dentro de las comunidades o en contextos de desarrollo y de emergencia.
Cuando ocurren  catástrofes de este tipo como por ejemplo el tifón de Filipinas los sistemas e protección de la infancia se debilitan e interrumpen y el desplazamiento y la separación de las familias y las comunidades colocan a las mujeres y a los niños en mayor riesgo de violencia y abuso. La violencia sexual puede ser utilizada como método de guerra para brutalizar e infundir miedo a la población civil.
La historia de la violencia sexual en los conflictos es tan antigua como la guerra misma. No distingue fronteras, condición étnica, religión ni edad. Un ejemplo es la población de la República Democrática del Congo,  según un informe del Ministerio de Género, solo en 2012 se reportaron 15.654 casos, un aumento de 52 por ciento en relación a 2011.
Estos no son solo números. Se trata de niños concebidos en violaciones y abandonados, y también de mujeres y niñas que día a día soportan las secuelas físicas y emocionales de semejante agresión.
La violencia sexual en situaciones de guerra, presenta desafíos únicos pero no es evitable.
 UNICEF trata de mejorar los derechos de las mujeres y los niños de estos países y que los casos sean juzgados y penados para que no queden en el olvido.

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